domingo, 8 de marzo de 2009

El OADA contra José Ignacio Munilla, obispo de Palencia


Los momentos de crisis son la ocasión propicia para que algunos hagan fortuna, explotando los miedos, supersticiones, angustias y ansiedades de los que sufren”.

Suscribimos la frase, aparecida ayer en un articulillo firmado por el obispo de Palencia, asiduo columnista del ABC y del suplemento Fe y Razón. José Ignacio Munilla es un propagandista de mérito. No ha dudado en cuestionar públicamente el carácter científico de la teoría darwiniana, ni en calificar de “trastorno neurótico” a la homosexualidad. Esta denuncia sobre avariciosos que explotan los miedos y las supersticiones en beneficio propio parece extraña procediendo de alguien que consiguió una subvención de 40 millones de pesetas del Ayuntamiento de Zumárraga para construir una nueva iglesia –con vivienda incluida-. Pero no es tan abultada viga en propio ojo lo que nos irrita y nos pone cachondas/os, sino la declarada actitud ofensiva del señor obispo con respecto al ateísmo, y la equiparación que realiza entre éste y el “esoterismo de bazar”.

Los términos empleados son los siguientes:

La ideología laicista y positivista se siente incómoda a la hora de reconocer esta paradoja: vivimos en una sociedad materialista, que hace alarde de su increencia, pero que sin embargo termina construyendo su peculiar espiritualidad a base de recetas esotéricas. El esoterismo y el ateísmo son dos cosmovisiones con muchos vasos comunicantes. En el fondo y en la práctica, la superstición es tan contraria a la fe como lo es el ateísmo. Queda patente que la credulidad y la increencia, lejos de ser dos fenómenos opuestos e incompatibles, son dos ramas de un mismo tronco: la desconfianza en Dios” (J. I. Munilla, “La Pitonisa de Endor”, en El Norte de Castilla, 06.03.09).

El Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) se ve en la obligación de puntualizar que NO vivimos en una sociedad materialista. De lo contrario, no triunfarían esas sectas, doctrinas y terapias espirituales que nos consideran imbéciles, ni las iglesias establecidas y ya recubiertas por un halo de respetabilidad osarían divulgar sus códigos morales con tanta arrogancia. Y, sobre todo, que el “esoterismo” y el “ateísmo” NO son cosmovisiones coincidentes. La geometría del cura donostiarra traza un segmento erróneo, en cuyo punto de equilibrio sitúa a su “dios”, balsa equidistante entre la credulidad y la increencia… ¿Nos toma por idiotas? El neoespiritualismo no es más que un subproducto religioso, tan similar al cristianismo que incluso comparte con él muchos aspectos fundamentales: creencia en el más allá, escatologías de “salvación”, espejismos de superioridad moral, sumisión a poderes celestiales, dominio de castas chamánicas o sacerdotales, prácticas y ritos mágicos, conjuras y oraciones a criaturas fantásticas, etc.

El imaginario católico exige la misma credulidad o más que el imaginario de la New Age. Se trata de la misma sopa, con diferente envoltorio y con distinto marketing, pero con el mismo sabor: el de la adoración de lo no real. La racionalidad atea es por tanto el opuesto extremo de tales neurosis. La superstición no es contraria a la fe, sino sinónimo de fe. O, más bien, la fe es una superstición socialmente aceptada.

El OADA, por ello, considera probado que el obispo Munilla ha difamado al ateísmo al otorgarle vasos comunicantes con el pensamiento mágico y la superstición, RECHAZA firmemente sus afirmaciones y le EXIGE una retractación pública.

Asimismo, RECLAMA al diario “El Norte de Castilla” el derecho a réplica y la publicación de este comunicado.

Nota personal para el obispo Munilla:
Quid autem vides festucam in oculo fratris tui, trabem autem, quae in oculo tuo est, non consideras? Quomodo potes dicere fratri tuo: “Frater, sine eiciam festucam, quae est in oculo tuo”, ipse in oculo tuo trabem non videns? Hypocrita, eice primum trabem de oculo tuo et tunc perspicies, ut educas festucam, quae est in oculo fratris tui (Lc., 6, 41-42).

http://defensa-atea.blogspot.com

sábado, 7 de marzo de 2009

OADA. Comunicado nº 2

Desde la FIdA y el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) queremos expresar, a quienes se han dirigido a nosotras/os por mediación del formulario de contacto de la OADA o por la sección de comentarios de la web, nuestra sincera gratitud por vuestras palabras de apoyo.

Como toda táctica de provocación, el OADA precisará en adelante de colaboraciones en forma de ideas incisivas y de agit-prop. El escenario de la contienda constituye un peligroso preámbulo hacia esa Nueva Edad Media en la que desean recluirnos los fanáticos de la religión y del pensamiento mágico. Sabéis que las hordas de la teocracia afilan sus navajas y se organizan aritméticamente en cofradías jurídicas y en seminarios inquisitoriales. Nuestra respuesta, meditada lo mínimo posible, consistirá en iluminar en público la insensatez del contexto neo-gótico en que se mueven los victimistas, en reflejar de una forma grotesca sus ambiciones de censura.

Tenemos muy claro que una dialéctica contraria a la “difamación” es patrimonio de la reacción contra la cultura y la inteligencia. Lo que desearíamos es un espacio total en el que la libertad coincidiera con el derecho; un marco social en el que la expresión, el lenguaje y el arte no se vieran sometidos a códigos coactivos. La blasfemia es cultura. Nadie tiene argumentos para rebatir esto.

Pero cuando los cruzados asumen como intocables algunos de sus dogmas fantásticos, lo que están reclamando, en realidad, es el retorno de un feudalismo ideológico que preserve y universalice sus pequeños valores. Esto, que podría no constituir más que una curiosidad antropológica, representa hoy un peligro real. El OADA surge como un reclamo paródico con intención de ilustrar este peligro, que es, sin duda, el de la barbarie, el del espíritu voraz del fanatismo religioso.

“Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo. Esta minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse guiado por algún otro”. Así comenzó Kant su respuesta a “Qué es la Ilustración”. Comprobar que, en la actualidad, Kant puede sonar incluso revolucionario indica muy a las claras el retroceso ante el cual nos encontramos.

Acerquémonos al abismo. Observémos el sentido de tantos “Observatorios religiosos” que, como mirillas giratorias, detectan el sonido de la crítica, prestas a emitir sirenas de autocompasión o a disparar proyectiles de cólera. Su comportamiento histérico nos chirría. Siglos de totalitarismo sustentan su queja. Artilugios de tortura nos vienen a la memoria. Y ellos, ellos, se golpean ahora el pecho y juran ser las víctimas de la historia.

Divirtámonos con este juego. Señalemos con el dedo su alienación. Hagamos un ejercicio de finura, aparentando ser tanto o más vulnerables. Rechacemos en voz alta la estrategia del beaterío por medio de la ficción difamatoria. Y estaremos, simultáneamente, exigiendo respeto, defendiendo la necesidad de que toda idea sea libremente cuestionada, toda realidad sujeta a crítica, todo dogma descubierto.

Es lo que queremos.

El Equipo del Observatorio Anti-difamación Atea (OADA)
http://defensa-atea.blogspot.com/

Federación Internacional de Ateos (FIdA)
http://www.federacionatea.org/

miércoles, 4 de marzo de 2009

El OADA contra William Levada y Marcelino Oreja

El Cardenal William Levada, titular de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la moderna Inquisición, sita en la Piazza del Santo Ufficio de Roma), dijo el martes pasado que la Iglesia católica no se opone a las realidades científicas como la evolución, pero consideró "absurda y no demostrada en absoluto" la pretensión atea -mencionando específicamente los trabajos del biólogo Richard Dawkins- de que ésta demostrara la inexistencia de su dios. Lo hizo durante una conferencia patrocinada por el Vaticano en conmemoración del 150 aniversario de "El origen de las especies" de Charles Darwin. "Creemos que, comoquiera que la creación haya devenido y evolucionado, en definitiva Dios es el creador de todas las cosas", afirmó, tan ufano él. En referencia al debate sobre la enseñanza del creacionismo en las escuelas en Estados Unidos, el cardenal Levada se limitó a decir que "el Vaticano escucha y aprende".

Días atrás, el ex ministro español Marcelino Oreja criticó al actual Gobierno por su "ofensiva laicista" durante un acto presidido por dos representantes de la monarquía, famosos por haber protagonizado no hace mucho una portada de la revista satírica "El Jueves", censurada por ridiculizar a la familia real. Oreja destacó la importancia de instituciones como la Universidad del CEU y la Asociación Católica de Propagandistas para contrarrestar la actual "extensión del ateísmo" en España y las "alteraciones profundas" que este fenómeno provoca en la sociedad española. En dicho acto estaban presentes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el cardenal Antonio María Rouco y el nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro.

En ambos casos se acusa al ateísmo de "absurdo" y de constituir un peligro para la convivencia. Desde el OADA, queremos manifestar lo siguiente:

Ninguna teoría científica dice ni demuestra nada sobre esos dioses a quienes se atribuyen poderes paranormales. El evolucionismo de Darwin únicamente da una explicación natural a muchas pretendidas demostraciones de la existencia de seres sobrenaturales. La posición vaticana es, en este sentido, claramente creacionista, se mire como se mire, lo que implica una oposición frontal con respecto al método científico. Decir, entonces, que es "absurdo" rechazar una creencia religiosa cualquiera equivale a afirmar que tal creencia es intrínseca y claramente racional, lo que no es ni será jamás el caso. Por el contrario, la fe es en sí misma un fenómeno "absurdo y no demostrado en absoluto", por utilizar sus mismas palabras, o, si se quiere, retomando un dicho del catolicísimo y ortodoxo Tertuliano, "credo quia absurdum".

En cuanto a la amenazadora realidad a la que aludió el Sr. Oreja, sentimos discrepar profundamente. El auge de los fundamentalismos religiosos, con su secuela de muertes, discriminaciones, injusticias y ambiciones políticas varias, demuestra que el verdadero peligro social reside en la expansión de tales creencias dogmáticas, y no en el avance de la racionalidad y el pensamiento crítico.

Por todo ello, desde el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) exigimos públicas disculpas y una retractación tanto al Inquisidor General como al ex-ministro demócrata-cristiano, por difamar a la ciencia y al ateísmo. Sin cortarnos ni un pelo.